POLíTICAS PUBLICAS PARA LAS EMPRESAS FAMILIARES: LLEGÓ LA HORA[1]
Las empresas familiares se encuentran protegidas en muchos países del mundo por sus valores morales, sociales y económicos, en tanto trasladan los valores familiares a los negocios, son más amigables con el personal y con el medio ambiente, representan cerca del 70% del total de las empresas y tienen mayor capacidad que otras para superar las crisis y llevar adelante proyectos de largo plazo. Es así que en la Unión Europea existen políticas públicas de asistencia y capacitación y normas que tienden a mejorar la legislación en materia de transmisión intergeneracional y reducciones o excenciones fiscales para las transferencias de partes y utilidades reinvertidas (Dictamen INT/765 del 17-9-15). Estos sistemas de protección buscan reducir los riesgos derivados de la coexistencia, en cada empresa familiar, de tres sistemas internos sujetos a reglas diferentes como son el “familiar” (emocional), el “empresario” (eficiente) y el “societario” (lucrativo), que si no se articulan bien producen conflictos que pueden llevar a la destrucción de la empresa y de la familia.
En lo que se refiere a nuestro país, las empresas familiares no están reconocidas como tales, no se las incluye en las estadìsticas oficiales ni en los programas de fomento, no tienen una protección legal específica y, en muchos casos, son percibidas por los operadores públicos y privados en forma negativa dadas sus dificultades, sin apreciar sus valores y aportes al crecimiento económico y social.
Hoy, en un momento en que las acciones del Gobierno Nacional se orientan a apoyar a las Pymes y a los emprendedores, considero que ya es hora de complementar tales acciones con el establecimiento de políticas públicas que tiendan al fortalecimiento y a la continuidad de las empresas familiares argentinas.
En tal sentido, desde el IADEF, que es una ONG dedicada a la valoración, el fortalecimiento y la continuidad de las empresas familiares, proponemos las siguientes políticas públicas en tres planos:
En el de la administración pública: mediante la creación de oficinas estatales, tanto nacionales, provinciales y/o locales, dedicadas a las empresas familiares con funciones específicas como las siguientes: a) Hacer relevamientos y evaluaciones permanentes sobre las empresas familiares en argentina; b) La concientizacion pública sobre de fortalezas, debilidades y necesidad de apoyarlas; c) La asistencia logistica, técnica y financiera; d) La promoción de cursos de capacitacion para integrantes de familias empresarias para una mejor gestion; e) La promoción de cursos de formación de consultores de empresa familiar con herramientas multidisciplinarias; y f) La elaboración y ejecución de programas para la elaboracion de protocolos con aportes publicos y privados
En el plano de la legislación: mediante la incorporación de nuevas normas legales y la reforma de las normas existentes, particularmente en materia de relaciones societarias, laborales y fiscales, que brinden soluciones particulares a las empresas familiares.
Finalmente, en el plano de la educación: la creación de Cátedras de Empresas Familiares en las Universidades Públicas de todo el país, siguiendo en lo pertinente al modelo español, para sensibilizar a estudiantes y capacitar a profesionales en esta particular área.
[1] Eduardo M. Favier Dubois, Presidente del Instituto Argentino de la Empresa Familiar (www.iadef.org)